Es un viaje en el tiempo y en el mar, que se le ofrece: Una de las casas más antiguas de Barfleur, al final del Puerto, le abre sus puertas. Como un escenario marítimo, una vista al océano te lleva en todo momento. Tanto en el centro de la ciudad como en plena actividad del puerto, esta mansión te enseña a ser capitán de un barco del siglo XVIII:
Para dejarse mecer al ritmo de las mareas, 4 habitaciones con baño contiguo y WC separado.
La sala de estar doble en la planta baja permite apropiarse de la decisión de la acción del almuerzo marino preparado en la cocina moderna equipada, o la serenidad de un momento de convivencia acurrucado en un sofá.
Como la atalaya del mar, esta casa lleva la garantía de una estancia inolvidable y excepcional.